Cultivo, reproduccion y uso de plantas medicinales
Conocer conceptos de medicina
alternativa en base a plantas medicinales.
Una planta
medicinal es un recurso biológico conocido
como droga medicinal, remedio herbolario o
medicina
tradicional. Es utilizada completamente y en otros casos sólo
alguna parte, flores, fruto, tallo, etc. De la parte seleccionada, se obtienen
extractos que se emplean para el tratamiento de alguna enfermedad como pudiera
ser dolor de cabeza, estómago, hinchazón, etc. la acción terapéutica (alivio o
mejora), se debe a que contiene principios activos.
La parte de la planta empleada que contiene el principio activo puede
prepararse para su uso manualmente, existen las llamadas formas
galénicas[1],
después aparecieron las fórmulas magistrales que son las mezclas de diversos
principios elaborados siguiendo instrucciones definidas. Es muy frecuente
emplear métodos como la decocción e infusión,
para su consumo inmediato, y la preparación de tinturas, elixires y ungüentos para
aplicaciones a mediano plazo, actualmente ya se cuenta con presentaciones
farmacéuticas como cápsulas, comprimidos cremas y jarabes.
El
uso de remedios de origen vegetal se remonta a la época prehistórica,
y fue una de las formas más extendidas de medicina,
en la que virtualmente todas las culturas conocidas
tienen evidencias del uso medicinal de algunas plantas. Si bien, el uso de
especies vegetales con fines terapéuticos es muy antigua, en un principio
estuvo ligado a la magia, cada población construyó sus creencias en un intento
de comprender su medio inmediato, algunas culturas hasta el día de hoy
conservan estas creencias y la ciencia ha venido a explicar críticamente cada
planta cada extracto, cada fórmula, hallando precisamente los principios
activos responsables de la actividad biológica. La industria farmacéutica actual
se ha basado en los conocimientos científicos modernos para la síntesis y
elaboración de algunas moléculas farmacológicas análogas a las presentes en
ciertas especies vegetales, y que muchas sustancias
El
consumo de plantas medicinales ha ido en aumento en los últimos años en todo el
mundo y es frecuente su empleo en combinación con medicamentos prescritos por
los médicos. Está extendida la falsa creencia de que los productos a base de
plantas son inocuos e incluso ventajosos por su supuesto carácter
"natural", un razonamiento poco compatible con el hecho de que su
efecto terapéutico se achaque a su contenido en principios
activos con actividad farmacológica. Esta falsa
percepción se basa en la tradición de su uso en lugar de en estudios
sistemáticos que evalúen su seguridad, que por lo general no existen. Sin estos
estudios, únicamente pueden ser detectados aquellos riesgos evidentes, muy
frecuentes y de ocurrencia inmediata. Tóxicos y venenos,
como pueden ser la cicuta, el cianuro,
las toxinas de las setas venenosas
y el veneno de escorpión,
son productos tan naturales como la miel de abeja.
Como
cualquier medicamento, las plantas pueden provocar reacciones adversas, intoxicación por sobredosis o
interacciones perniciosas con otras sustancias. Se han descrito interacciones
de relevancia clínica entre plantas y medicamentos, por lo que resulta
imprescindible comunicar al médico el consumo de preparados naturales. Es
necesario el mismo control médico estricto con las plantas medicinales que con
los medicamentos de síntesis.
Asimismo,
se han notificado en los productos a base de plantas medicinales problemas de
confusión entre unas
[1]
Las diferentes formas en que nos tomamos un medicamento se llaman formas
galénicas o formas farmacéuticas.
Formas sólidas: son aquellas en que el principio activo y los
excipientes se presentan en forma sólida, como por ejemplo en polvo,
granulados, comprimidos, cápsulas (blandas y duras) grageas o supositorios.
Formas semi-sólidas: se trata de preparados que habitualmente tienen
un uso externo (tópico) y se reconocen en función de su capacidad para
disolverse en agua (hidrosolubilidad), desde las cremas más hidrosolubles,
pasando por las pomadas más grasas, hasta los ungüentos, menos hidrosolubles y
más aceitosos. En este grupo también se encuentran las jaleas.
Formas líquidas: en este grupo encontramos las soluciones que
pueden administrarse por vía oral, parenteral, tópica, rectal, ocular o
inhalatoria; los jarabes donde el principio activo se disuelve en una solución
concentrada de azúcar o glucosa; las suspensiones en las que se usa líquido
para administrar un principio activo insoluble; y las emulsiones, formadas por
gotas oleosas en un medio acuoso.
Soluciones gaseosas: son básicamente los principios activos que se
usan en estado gaseoso para ser inhalados, como el oxígeno o los anestésicos.
También se incluyen en este grupo los aerosoles, aunque se trate de la
dispersión a presión de una forma líquida o sólida a través de un gas
propelente (que ayuda a su dispersión).
nuestros
pueblos originarios. Aunque las "agüitas" gozan de gran aceptación en
Chile, sobre todo después de un abundante banquete, el empleo de cataplasmas,
ungüentos, emplastos, cocimientos y filtros herbales suele atribuirse más a
costumbres supersticiosas que a genuinas formas de sanación.
El
actual predominio alopático nos hace olvidar que, desde tiempos remotos, los
seres humanos han intentado curar sus dolencias con los elementos naturales
disponibles en su entorno próximo, y que las plantas medicinales fueron
La
curación de enfermedades a través de plantas medicinales es una práctica de
origen popular y asociada a los pueblos originarios. Su uso se ha mantenido
hasta el día de hoy siendo sistematizado por científicos y también ampliamente
criticado por su mal uso.
La
curación de las enfermedades por medio de raíces, flores, hojas y cortezas
vegetales es una práctica que suele vincularse a métodos de curación
alternativos, cuya raigambre es popular y generalmente asociada a la sabiduría
de nuestros pueblos originarios. Aunque las "agüitas" gozan de gran
aceptación en Chile, sobre todo después de un abundante banquete, el empleo de
cataplasmas, ungüentos, emplastos, cocimientos y filtros herbales suele
atribuirse más a costumbres supersticiosas que a genuinas formas de sanación.
El
actual predominio alopático[1] nos hace olvidar que,
desde tiempos remotos, los seres humanos han intentado curar sus dolencias con
los elementos naturales disponibles en su entorno próximo, y que las plantas
medicinales fueron cruciales en la medicina colonial chilena. En ella se fundió
el conocimiento ancestral aborigen, con el aporte de los conquistadores
españoles, quienes trajeron consigo hierbas sanadoras de origen extranjero.
Estos
elementos constituyeron gran parte del acervo farmacéutico de Chile
tradicional, que fue prescrito tanto por médicos y cirujanos, como por
curanderos populares, boticarios y yerbateros; roles que se confundían
fácilmente en tiempos anteriores al desarrollo de la microbiología, y que eran
socialmente valorados en función de la recurrente amenaza de las pestes y de
los malestares físicos habituales de la población.
El
primer gran espaldarazo científico para las virtudes medicinales de las plantas
chilenas fue suministrado por los grandes naturalistas Claudio Gay (1800-1873)
y Rodulfo Amando Philippi (1808-1904), quienes consignaron en sus obras muchas
de las propiedades terapéuticas asociadas a nuestra flora endémica.
Posteriormente, médicos como Adolfo Murillo y farmacéuticos como Ángel Vázquez
Galdámez se interesaron por sistematizar estos conocimientos tradicionales,
generando estudios científicos sobre el herbolario nacional[2].
[1] Sistema
por el cual los médicos y otros profesionales de la atención de la salud
(enfermeros, farmacéuticos y terapeutas) tratan los síntomas y las enfermedades
por medio de medicamentos, radiación o cirugía. También se llama biomedicina,
medicina convencional, medicina corriente, medicina occidental, y medicina
ortodoxa.
Sólo
raramente la planta entera tiene valor medicinal; normalmente los compuestos
útiles se concentran en alguna de sus partes: hojas, semillas, flores, cortezas y raíces se
utilizan con relativa frecuencia.
Hojas
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Descripción
breve
Taller Cultivo, Reproducción y Uso de Plantas
Medicinales. Programa de Recuperación de Barrio Bella Vista I. Municipalidad
de Tome – Seremi MINVU del Biobío.
Jacques Phillippes Oscar Augusto Truan Laffont
Ingeniero Agrónomo DGE
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viernes, 1 de septiembre de 2017
USO DE PLANTAS MEDICINALES
Etiquetas: Acidez, Aluminio, Encalado
Jacques Phillippes Truan Laffont,
Juan Grandon Mosqueira Leonardo Aliaga.,
Pablo Herdener
Ubicación: Araucanía, Chile
Tome, Tomé, Región del Bío Bío, Chile
Solucionando la toxicidad del Aluminio en suelos Volcánicos del Sur de Chile.
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